martes, 27 de enero de 2009

RAMÓN MARÍA DEL VALLE-INCLÁN


Nació en Villanueva de Arosa, Pontevedra, en 1866. Sin terminar sus estudios de Derecho, marcha a México con afán de aventuras. De regreso, lleva en Madrid una vida bohemia. En 1899, a consecuencia de una herida recibida en una riña, pierde el brazo izquierdo. Se casa con una actriz en 1907. Su fama crece tanto por su arte como por su vida excéntrica. Pese a las dificultades económicas, se dedica por entero a escribir; incluso renuncia a una cátedra. En 1933 aceptó ser director de la Academia Española en Roma. Murió de cáncer en Santiago en 1936.


Eximio escritor y extravagante ciudadano: así lo definió el general Primo de Rivera. Su figura era inconfundible: manco, melena y barbas largas, capa y chambergo. Pero, por debajo de su excentricidad, está su inconformismo, la entrega rigurosa a su arte y una audaz busqueda de nuevas formas.


Políticamente, fue primero tradicionalista carlista: opuesto a la sociedad burguesa, que le parecía fea, se aferraba a los valores antiguos. Pero, a partir de 1915, da un giro radical: se sigue oponiendo a lo mismo, pero ahora desde posturas revolucionarias. Con todo, no es fácil separar lo que había en él de convencimiento político y de postura "estética".

TRIUNFO DEL CAPITALISMO

A la muerte de Fernando VII sobrevino el problema sucesorio a la Corona. Fernando VII había anulado la Ley Sálica de Felipe V durante su reinado, pero también la había restablecido. Una serie de incongruencias, cuando perjudicaba de pleno a su hermano, más la abolición unilateral de dicha ley sin tener el respaldo tradicional de las CORTES TRADICIONALES de los Reinos, Señoríos y Principados de las Españas, convirtió en Reina de España a la princesa Isabel y en Regente, por minoría de edad a su madre.
Según Fontana: el liberalismo moderado, fórmula que apoyaban la burguesía de las ciudades del litoral y los hombres de negocio que empezaban a surgir en Madrid al compás del incipiente desarrollo de la economía nacional (...). La proclamación de Isabel como heredera de la Corona no fue, pues, el resultado de un mero cabildeo cortesano. La burguesía festejó en todas partes el acontecimiento con singular aplauso.
Según Fontana: “...los intereses del campesinado fueron sacrificados y amplias capas de labriegos españoles, que anteriormente vivían en una relativa prosperidad y vieron ahora afectada sus situación por el doble juego de la liquidación del régimen señorial en beneficio de los señores, y del aumento de los impuestos, se levantarían en armas contra la revolución burguesa y una reforma agraria que se hacían a sus expensas, y se encontrarían, lógicamente, del lado de los enemigos de estos cambios: del lado del carlismo”.
El liberalismo clásico tendrá dos tipos de enemigos, los partidarios de la Contra-revolución los denominados por los liberales clásicos: reaccionarios partidarios del Antiguo Régimen, defensores de la restauración de las antiguas instituciones políticas, forales, gremiales, comunales, que para muchos campesinos eran su garantía laboral frente al dinamismo y la incertidumbre que defendía el nuevo orden liberal burgués, y que ni a los príncipes de la sangre (ciertos aristócratas e hidalgos rurales hacendados), ni a los hijos del campo y el mundo rural gustaba en absoluto, por la amenaza de la industrialización y el nuevo orden liberal burgués que esgrimía la defensa de la ley por encima de la defensa de la legitimidad, y por otro lado el abuso de poder y explotación llevado a cabo por la burguesía y aristocracia empresarial aliada de unas instituciones políticas que favorecieron el desarrollo del liberalismo clásico en torno al proceso de industrialización, y valores e ideas de competitividad, desarrollo, progreso, maquinización social, producción, etc. Provocaron daños serios como los de contaminación, sobreexplotación y abuso del mundo rural que estaba siendo expoliado por terratenientes burgueses que tiraban a los habitantes que vivían desde antiguo en sus tierras por leyes antiguas de vasallaje que les garantizaba la propiedad del usufructo de la tierra y vivienda, y que ahora con la nueva mentalidad liberal y el reconocimiento de la propiedad privada de la tierra a los aristócratas que pactaron con la burguesía liberal y el poder financiero, muchas familias campesinas tuvieron que abandonar el mundo rural de sus padres y se vieron forzados a una emigración a las ciudades, no porque el campo no diese fruto, sino porque los nuevos propietarios enemigos del derecho antiguo, que no permitía la compra-venta de las tierras que estaban asociadas al titulo nobiliar aristocrático, se veían con la posibilidad de llevar a cabo no sólo la venta de las tierras, sino que podían echar de ellas sin contemplaciones a todas aquellas familias que utilizaban dichas tierras como medio de vida, y que se vieron de la noche a la mañana sin medio de subsistencia, completamente arruinados. Las reformas empresariales burguesas llevadas a cabo por la nueva ley liberal heredada de los círculos de la razón, la libertad, la igualdad, y la fraternidad, y el progreso, procedían a las acometidas mas desmesuradas y descaradas de la historia, en nombre de la revolución y la civilización y el progreso, la ciencia. Y que decir de la abolición del Comunal y las formas de vida campesinas en nombre del liberalismo clásico empresarial que era la nueva ciencia, dejaron en la miseria a gran cantidad de la población, mano de obra barata, y perfecta para llevar a cabo el proceso de industrialización, forzaron al campo y a los hijos del campo a su condenada desaparición obligados a huir a la ciudad pestilente y denigrante, por la contaminación ambiental y otros valores que chocaron con los del campesinado. Campesinos que se convirtieron en proletarios, muchos de ellos suspiraban por la vuelta del antiguo orden renovado y no dudaron en levantarse en armas contra la revolución que había impuesto la ley frente a la legitimidad, ejemplos: las insurrecciones Jacobitas de Irlanda, Escocia, Inglaterra y Gales, contra el nuevo orden liberal clásico-burgués parlamentario propugnado y defendido por los protestantes ingleses asociados a la Banca Londinense. Las insurrecciones Legitimistas de Bretaña y la Vendee de los Chouans de la Rochaquelain y la Charette a favor de Luís XVII y Carlos X, y posteriormente asociadas al Chambordismo (Enrique V, Conde de Chambord). Las insurrecciones Carlistas de Navarra y los Señoríos Vascos, además de Cataluña, Aragón y el Reino de Valencia en el Maestrazgo, a favor de Carlos V, Carlos VI, Carlos VII. Son ejemplos de legitimidad del mundo antiguo que pretendía su restauración renovada en las bases del Cristianismo Católico, el Rey Legitimo y las instituciones antiguas gremiales y forales, así como las estructuras de Clanes en Escocia, proyectos donde se restaurase la propiedad comunal y se solucionara el problema social (reforma agraria; Pi i Margall líder republicano catalán haría notar: ...la falta de visión de los liberales respecto a la política agraria y la realización de la desamortización, vincularía a numerosos sectores campesinos a la causa de Don Carlos, entendida como movimiento campesino frente a la ciudad, que les oprimía con sus contribuciones en metálico, mas difíciles de soportar que los antiguos diezmos en especie.) planteado por la revolución liberal a miles de campesinos que se habían quedado sin tierras y sin representación política ( Fueros) a favor de un parlamento dominado por la Oligarquía Financiera-Mercantil, que no representaba los intereses del Campo sino de sus negocios empresariales. Por los abusos del liberalismo Clásico y del empresariado liberal burgués apoyado por el nuevo orden de la Ley, apareció el movimiento obrero marxista, previamente el socialismo utópico gracias a un romanticismo del siglo XIX que recordaba o creía recordar como vivían antiguamente los campesinos, destacando el idílico mundo rural antiguo.

FINANCIACIÓN DE LA CORONA

La administración real a finales del siglo XVIII, hasta 1833 tenía dificultades serias para obtener ingresos debido a la existencia de los grupos sociales privilegiados que no pagaban impuestos. La Nobleza, el Clero por ejemplo no tenían que pagar impuestos de la misma forma que lo hacía el Brazo Real o Tercer Estado. Si bien Nobleza y Clero estaban divididos entre alto y bajo, el Tercer Estado o Brazo Real estaba dividido entre burguesía y Campesinado. Dentro de la burguesía había grandes burgueses comerciantes y pequeños. Y dentro del campesinado había pequeños propietarios agricolas y jornaleros o braceros y también artesanos.
La financiación de la Corona, de la Monarquía Española se llevaba a cabo por prestamos de particulares financieros y por emisiones de deuda pública. La burguesía dedicada a la actividad mercantil y financiera en ultramar compraba dicha deuda y la monarquía conseguía financiación. En el momento de la Guerra de Independencia contra los franceses, la metrópoli pierde contacto y comunicación con las colonias de ultramar que de hecho seran soberanas. Posteriormente sobreviene el enfrentamiento para evitar la independencia de Hispanoamerica. Al perder Latinoamerica, la burguesía decide vertebrar un mercado nacional, y para ello necesita tener al poder político de su parte. La financiación de la Corona y la entrega de dinero a la Monarquía mediante la compra de Deuda Pública es respondida por el gobierno de Fernando VII con una negativa y persecución de los liberales. Cuando Fernando VII necesita el apoyo de los liberales para que apoyen a su hija Isabel heredera del Trono, es cuando la monarquía fernandina acepta pagar las deudas sucesivas que contrae con la clase burguesa. La burguesía financia a la Administración Real de la Corona Española, sin embargo esto tiene un precio, una contraprestación: la burguesía comerciante capitalista demandará el control del gobierno para si. Ante la negativa del rey, la burguesía no dudará en instrumentalizar al pueblo, a las masas campesinas y jornaleras contra la monarquía absoluta de Fernando VII. Es la fórmula de esta clase social de conquistar el poder político, porque del económico ya son los dueños. La eliminación de los Estamentos y sobre todo la confusión entre Nobleza y Burguesía, ya que pueden establecer relaciones legales y comerciales entre los mismos, determinará el triunfo político del liberalismo burgués y su capitalismo liberal. Las Constituciones Liberales Burguesas tanto moderadas como progresistas pondrán sobre relieve la importancia de la burguesía como clase dominante, porque se adueñarían del poder político y económico de España.

LA LLEGADA DEL CAPITALISMO ( 3ª PARTE)

El Rey Fernando VII se dedicó a perseguir primeramente a todos los miembros partidarios del liberalismo. La doctrina liberal tenía distintas dimensiones: liberalismo político (libertad y diversidad de partidos políticos, libertad de prensa), liberalismo económico (libertad de comercio, eliminación de barreras y gremios) principalmente. Posteriormente llegaría el liberalismo social asociado a la ética cívica y no a la moral de la Iglesia Católica.
Sin embargo Fernando VII no tenía descendencia masculina y esto era un problema para la sucesión al Trono, ya que su hermano Carlos María Isidro tenía hijos varones y por tanto cumplía con la normativa histórica y secular de sucesión a la Corona llamada Ley Sálica de Felipe V. Muchos absolutistas descontentos con el reinado y la política llevada a cabo por Fernando VII comemzaron a sentir simpatía y lealtad por su hermano Don Carlos. Esto era debido a que Fernando VII realizaba una política de acercamiento a los liberales moderados porque necesitaba apoyos y nuevas lealtades que sostuvieran su Trono con el objetivo de apoyar a su hija para que fuera nombrada heredera y sucesora con el título de Princesa de Asturias. Las medidas liberales moderadas llevó a la desamortización del campo catalán. Una serie de tierras y pastos comunales utilizadas desde antiguo por los campesinos catalanes serían privatizados en pocas manos. Los campesinos descontentos o malcontens se sublevaron contra la política del Rey que beneficiaba a los liberales.

LA LLEGADA DEL CAPITALISMO ( 2ª PARTE)

De 1808 a 1814 los habitantes de las Españas se vieron envueltos en la "GUERRA DE INDEPENDENCIA" contra la invasión francesa llevada a cabo por Napoleón I Emperador de los Franceses. Napoleón había luchado contra las potencias monárquicas representadas por PRUSIA, AUSTRIA, RUSIA, INGLATERRA. Vencidas practicamente las tres primeras, Napoleón quiso aislar a Inglaterra y para ello obligó a todos sus dominios y aliados a no comerciar con Inglaterra. Sin embargo Portugal seguía comerciando pese a la amenaza hecha por la Francia Napoleónica. Así pues Napoleón se propuso invadir Portugal y para ello negoció el Tratado de Fontaineableau con el primer ministro de Carlos IV, Manuel Godoy, por el cual los ejércitos franceses podrían pasar a través de las Españas y conquistar Portugal, e impedir que los portugueses siguieran comerciando con Inglaterra.

La llegada francesa, supuso una auténtica invasión, y los habitantes de las Españas organizaron juntas locales y territoriales para alzarse contra los invasores franceses, quienes habían procedido a imponer a José Bonaparte, hermano de Napoleón, como Rey de España.

Vencidos los franceses y expulsado Napoleón, retornó la familia de los Borbones que habían ocupado el Trono de San Fernando antes de la llegada de los franceses. Fernando VII y su hermano Carlos María Isidro habían estado cautivos en suelo francés. Ambos hijos de Carlos IV, el antiguo Rey.
A quien llamaban el Rey Fernando "el Deseado" pronto se convertiría en odiado, especialmente por aquellos españoles que se habían reunido en Cádiz en 1812 adoptando para España una constitución uniforme y homogenea para todos los españoles. Aquellos españoles se llamarían LIBERALES, históricamente eran los representantes de las ciudades, profesionales liberales, burgueses y comerciantes, quienes asumieron bien las ideas jacobinas de la revolución francesa: "LIBERTAD, IGUALDAD, FRATERNIDAD".
Por otro lado estarían los llamados ABSOLUTISTAS partidarios de la soberanía real en lugar de la soberanía nacional, propugnada por los liberales. Estos absolutistas pretendían que el Rey ocupase el Trono de la misma forma que lo habían hecho sus antepasados, respetando las costumbres del país, y muchos de ellos eran aristócratas y miembros de la Iglesia Católica, aunque no todos.

LA LLEGADA DEL CAPITALISMO

Durante el Antiguo Régimen los pueblos de las Españas vivían conforme a sus usos, costumbres y tradiciones forales. Cada Reino, Señorío y Principado había gozado de la existencia de sus propias constituciones históricas: los FUEROS.
La llegada del primer Borbón, Felipe de Anjou, nieto de Luís XIV de Francia y heredero de los Reinos, Señoríos y Principados de las Españas por decisión testamentaria del difunto y último Rey de las Españas Carlos II de Austria, con quien estaba emparentado; supuso la imposición del centralismo Borbónico y la abolición foral o supresión de las constituciones históricas salvo en los territorios Vasco-Navarros, en los cuales sus habitantes le habían apoyado firmemente.
Durante este periodo borbónico de principios del siglo XVIII se centralizó la administración pública y la hacienda, destacando la transición del feudalismo en su forma mercantilista hacia el capitalismo. Mercantilismo y Capitalismo basan la economía en la acumulación, el primero de metales preciosos, y el segundo de capital, de billetes y monedas. En el mercantilismo las colonias unicamente pueden comerciar con la metrópoli, destacando un mercado cerrado y proteccionista. Sin embargo el capitalismo se basará en la libertad de comercio defendida por la burguesía comerciante.